Uno de los objetivos principales de las empresas debería ser fidelizar clientes. Está demostrado que es mucho más económico conseguir que un cliente repita una compra, que captar uno nuevo.
Todos los estudios lo demuestran. Y ahora con la facilidad que tienen los clientes de localizar productos y nuevas tiendas gracias a Internet, aún se hace más complicado conseguir nuevos clientes.
Un cliente contento es un cliente fidelizado
A veces no es tan difícil conseguir que un cliente esté contento con nuestro producto o servicio.
Muchas veces nos complicamos la vida tratando de agradar a los clientes; sin escucharlos, sin observarlos.
Un cliente busca asesoramiento, un buen trato, y a veces incluso con una sonrisa basta para fidelizarlos.
¿Por qué nos complicamos tanto entonces?
Porque no escuchamos, porque no empatizamos, no nos ponemos en la piel de las personas o empresas que contratan o compran nuestros productos o servicios.
Estamos tan preocupados en nosotros mismos, en nuestro producto o servicio que no prestamos la suficiente atención a lo que el cliente trata de comunicarnos o preguntarnos.
Fidelizar clientes de manera sencilla
¿Cuantas veces nos hemos visto en una situación en la que después de vender un producto, tenemos la sensación de que hemos abusado de la comunicación?
¿En cuantas ocasiones nos hemos dado cuenta tarde de que el cliente ya quería el producto y hemos seguido explicando las virtudes de nuestro servicio o producto?
Todo eso cansa, tanto a nosotros, como a los clientes. En muchas ocasiones la venta es mucho más simple, pero para eso debemos tener todos nuestros sentidos puestos en esa situación y no abstraernos.
Y recordar, que todos los estudios demuestran que es mucho más fácil conseguir una nueva compra por parte de un cliente fidelizado que atraer a nuevos clientes.
Por supuesto, tenemos que hacer crecer nuestra cartera, pero también gestionarla, mimarla y sacarle mucho más jugo.
¿Cómo conseguimos fidelizar a nuestros clientes de una forma efectiva?
Servicio post-venta. Una compra no termina cuando el cliente ha pagado. Hay que hacer un seguimiento del pedido, si es online, o de la forma de entregárselo si es en una tienda física. Y por supuesto ofrecer al cliente la posibilidad de preguntar y resolver sus dudas.
Programas de fidelización, no estamos inventando la rueda, pero si queremos darle una vuelta de tuerca, sabemos que funcionan, si se hacen de manera correcta, ahora queremos además motivar a esos clientes.
Ofrecer servicios extras o apoyo, por ejemplo con espacios en nuestra propia web. Nosotros vamos a reseñar a todos nuestros clientes, le daremos una visibilidad destacada en nuestro portal y trataremos de promocionarlos también. Porque si consiguen más clientes, nuestro sistema de fidelización también será más efectivo. Ahora lo llaman Win-Win. Es decir, que ambas partes ganen y salgan beneficiadas de la relación que les une.
Nosotros ayudamos a nuestros clientes y ellos seguro que también acabarán recomendando nuestros productos o servicios si se han sentido valorados.
Tokenizar la fidelización
Un cliente que se sienta valorado, siempre va a hacer mucho más por nuestra marca.
Enviarle tokens (puntos de fidelización) por haber comprado o utilizado nuestro producto o servicio.
Ofrecerle fórmulas simples de conseguir más tokens gratis, compartiendo algo en sus redes sociales.
Permitirles que puedan intercambiar esos tokens con otros clientes para llegar a los objetivos de las recompensas.
Conclusión
Hay muchas formas de fidelizar clientes, algunas más fáciles que otras, todas pueden ser rentables si las utilizamos de la forma correcta.
A los clientes les gusta sentirse queridos, valorados y escuchados, y eso si nos lo tomamos en serio puede darnos muchas ventajas frente a la competencia. Y además resulta muy económico si lo sabemos llevar acabo.